El esplendor que experimentó Córdoba en el siglo X convirtió a la ciudad en una de las más pobladas de la época, pues llegó a configurar una aglomeración que, según los cálculos más moderados, pudo  contar con varios centenares de miles de habitantes. El corazón de la ciudad era la Medina, el recinto amurallado de origen romano en el que la intensa actividad de poetas, músicos y artistas se tradujo en lujosos y refinados edificios, a los que se unieron nuevas construcciones erigidas ya en época cristiana, cuando la Medina comenzó a ser conocida como la Villa. Nos sumergiremos ahora en el corazón histórico de Córdoba, donde los diversos pueblos que han habitado en la ciudad han dejado un legado que persiste indeleble a pesar del transcurso del tiempo.

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