La historia de Córdoba ha discurrido siempre de manera paralela a la de las aguas del Guadalquivir. Y es que en las orillas de este río, al que Góngora consideraba el "Gran Rey de Andalucía", se asentó la Córdoba tartésica, la Corduba romana, la Qurtuba islámica y la Córdoba cristiana, generando en torno al puente el sentido último de su historia milenaria. La relación de estas civilizaciones con el agua ha sido siempre intensa: los romanos la emplearon como fuerza motriz para sus molinos y crearon acueductos para transportarla; mientras que los árabes, provenientes del desierto, establecieron con ella una relación de amante que brotó en forma de fuentes, acequias y surtidores que persistieron en época cristiana. Te invitamos a recorrer las márgenes del río para sumergirnos así en los rincones de la ciudad que mejor reflejan su íntima relación con el líquido elemento.

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