La Plaza de las Tendillas, llamada así porque en su origen aquí se emplazaban pequeñas tiendas, es uno de los lugares donde mejor podemos empaparnos de la esencia cordobesa. No sólo porque su situación estratégica la convierte en uno de los principales centros de confluencia de los vecinos, sino porque alberga destacados elementos como el reloj situado en la esquina con la calle Gondomar, que en lugar de marcar las horas con el sonido de campanas lo hace con el rasgueo de una guitarra. Bajo él, miles de ciudadanos se reúnen cada Nochevieja para dar la bienvenida al año nuevo.

Pero en el día a día el protagonismo de la plaza recae en la estatua ecuestre que preside su fuente principal. Fue realizada por Mateo Inurria y representa a El Gran Capitán, famoso por modernizar el ejército en tiempo de los Reyes Católicos, elemento clave para la conquista del reino nazarí de Granada y las ulteriores victorias en Italia. A sus lados,  los surtidores que emanan agua en vertical y que se han convertido en objeto de juego de los más pequeños, contribuyen a reforzar la atmósfera jaranera de este enclave.

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